A
partir de la lectura de un artículo publicado en el diario El País (1/11/12) en
el que se aborda una entrevista realizada
al exjugador yugoeslavo de
baloncesto, P. Danilovic, campeón europeo en 1992 y de la NBA, y actual
presidente del Partizan de Belgrado, surge esta interesante reflexión porque,
tanto en los modelos de excelencia
como en el alto rendimiento deportivo, la búsqueda de la perfección debe ser
una actitud constante.
El perfeccionismo y la pasión son dos cualidades que también se pueden
relacionar con el estilo motivacional personal, influyendo de forma diferente,
ya que presentan una dualidad semejante
en el camino de alcanzarla. Hay deportistas que buscan la perfección intentando
evitar el error para ser el mejor de todos y, sin embargo, hay otros
deportistas que intentan evitarlo para ser cada día mejores, para aumentar su
nivel de habilidad.
Podriamos decir que en
la Liga de Futbol Profesional de España, actualmente hay dos claros ejemplos de
estas dos dimensiones perfeccionistas: El jugador del R. Madrid, C. Ronaldo es
un claro ejemplo de la primera porque va buscando ser el mejor de todos; mientras que el
jugador del C.F. Barcelona, L. Messi, es un claro ejemplo de la segunda, porque
siempre intenta superarse a sí mismo. Naturalmente estos dos enfoques tienen
diferente repercusión en el estado de ánimo, en la motivación, en la capacidad competitiva y en la
satisfacción vital, sobre todo cuando las cosas no salen como esperaban o
deseaban.