Pensando
sobre las reflexiones que me generaban la lectura del texto publicado por D.
Kahneman, “pensar rápido, pensar despacio” ya referenciado en entradas
anteriores y, mientras disfrutaba de un extraordinario atardecer en Anchor
Point (Taghazout), me vino a la memoria la cuestión: existe alguna fórmula para alcanzar el éxito? ¿ Qué hacen o cómo
son los y las deportistas que alcanzan el éxito?
Talento,
Esfuerzo, Conocimiento y Azar
(TECA), son las cosas que permanentemente me venían a la cabeza y,
reflexionando sobre lo que supone cada una de ellas, consideré que es la
fórmula más completa para aplicarla en aquellas situaciones en las que se
pretenda alcanzar el éxito.
Además, asociándolo a las dificultades que nos están
surgiendo de la intervención con jóvenes deportistas, claramente encontraba una
relación: lo que está ocurriendo en este momento es que los jóvenes jugadores
de fútbol, en la fórmula TECA, están sustituyendo el conocimiento por las
creencias, lo que supone un serio error
no consciente y un debilitamiento de la efectividad de dicha fórmula.
Es como si se introdujera un “virus” sin ser detectado, que la contamina y,
finalmente, la destruye. El esfuerzo sin sentido sólo genera cansancio y
hastío; el componente heredado del talento y el azar no depende de los
deportistas, no está bajo su control.
Los y las deportistas sólo puede controlar el esfuerzo y el conocimiento
y, si prescinden del segundo, su mejora quedará a la deriva, a merced de elementos que no controla.
Lo hemos comentado en anteriores ocasiones que el
conocimiento necesita certeza, evidencias demostrables, medibles con
instrumentos válidos, irrefutables sin posibilidad de ser rebatido, mientras
que las creencias no necesitan
nada de esos atributos. Sustituir lo uno por lo otro supone minimizar el valor del esfuerzo y
depender demasiado de la suerte para alcanzar el éxito si es que, antes de que
llegue, no han desaparecido las posibilidades reales que existían, respetando
la fórmula completa señalada.