Repasando las noticias de los periódicos durante esta semana me llamó la atención un comentario de un entrenador al que se le había ocurrido utilizar videos para preparar el partido - ”parece que estos videos funcionan”.Eran secuencias de películas especiales. Gran parte del positivo resultado conseguido lo atribuía al hecho de visionar las imágenes señaladas. O sea que, la decisión que toma se basa en “a ver si funciona”, en el desconocimiento de las posibles asociaciones que se puedan establecerse entre lo visionado y la visualización, necesarias para afrontar una competición de forma adecuada, ya que incluso puede que las confundan y, como consecuencia de todo ello, al conseguir un resultado positivo, surge la gran conclusión: parece que estos videos funcionan fenomenalmente para la motivación. En realidad, ¿podria explicar lo que ha hecho, más allá de comentar que “les he puesto el video de rambo”? Es un buen ejemplo que nos indica la manera en que se toman muchas decisiones orientadas al afrontamiento competitivo, carentes de argumentos, de criterios científicos, encomendándose al azar y experimentando con la ruleta de la suerte, por si toca.
lunes, 28 de abril de 2008
miércoles, 16 de abril de 2008
mentalidad de cantera
Es un buen ejemplo de construcción de pensamiento de un jugador de Zubieta, la cantera de la Real Sociedad S.A.D., cuando frente a la intención del club de fichar a un internacional zurdo de 17 años, dicho jugador responde que se debe ser respetuoso con ese tipo de decisiones que toman los responsables técncos. “Hay que tomar esas cosas con tranquilidad, seguro que será en beneficio del club.” ¿No te parece falta de confianza? Y contesta el jugador, pues no “tú solo puedes responsabilizarte de tu trabajo, entrenar a tope, tratar de convencer al entrenador con tu trabajo de que puede contar contigo y, si juegas, darlo todo e intentar hacerlo lo mejor posible. Lo que no puedes hacer es darle vueltas a la cabeza.” Este tipo de pensamientos deberían formar parte de las enseñanzas que deberían recibir los jóvenes jugadores inmersos en los proceso de tecnificación, para construir una metalidad sólida y comprometida con la entidad. Este jugador la tuvo en su momento y, a la vista de su actitud frente a esta situación, se puede confirmar que la ha interiorizado plenamente.
lunes, 14 de abril de 2008
más no puedo hacer o el camino hacia la desesperación
En determinadas fases de la competición, numerosos deportistas sueltan frases de este estilo con un tono derrotista y de hartazgo. Es el caso del golfista S. Garcia aparecido esta semana en prensa (El Pais 12/04/08), “qué más puedo hacer si la bola no quiere entrar” o “ en este campo no me sale nada, no es culpa mía”. Evidentemente es el aspecto psicológico el que debería mejorar, sobre todo para evitar caer en la desesperación y mejorar los proceso decisionales para atacar la ejecución del putt con determinación, confianza y resolución. Esta valoración también la ha realizado el mítico Jack Nicklaus en el mismo artículo “su problema es psicológico, le falta confianza con el putt”. Por eso, no encuentro explicaciones al déficit de preparación psicológica que parece que existe entre los jugadores profesionales españoles. Quizás no se sepa en qué consiste, pero actualmente existen en el estado excelentes profesionales a los que podrían acudir. Sin embargo, el golfista español ha comenzado a trabajar con un nuevo técnico especialista en putt, por lo tanto, o la fortuna le sonrie y hará que mejore en este aspecto o seguirá con el mismo problema hasta que, a través de un entrenamiento adecuado, mejoren las prestaciones psicológicas especificas que exige este golpe, sin darse cuenta que la decisión tomada le lleva a hacer más de lo mismo.
jueves, 10 de abril de 2008
soñando no se gana; jugando bien sí.
Interesantes declaraciones aparecidas en prensa (D.V. 10/04/08), realizadas antes de jugar el partido contra el Bayern de Munich y atribuidas a M. Laudrup, entrenador del Getafe C.F., que nos sirven para hacer una pequeña reflexión.
El hecho de soñar la forma en que quieres jugar el partido antes de disputarlo, entre otros efectos positivos, hace aumentar enormemente las posibilidades de jugarlo bien. Ya hemos señalado en otras ocasiones que soñar con lo que deseas que ocurra en una competición, es una forma de entrenamiento mental que contribuye a reforzar la convicción y a mantener la fuerza mental.
Conviene fijarse en las palabras posibilidades y convicción , porque más adelante, en el mismo artículo, añade el entrenador: “Si salimos con la misma convicción que en la segunda parte del partido de ida, tenemos nuestras posibilidades” , es decir, que por un lado minimiza el valor del sueño y por otro pide a los jugadores, como una necesidad fundamental, lo que el sueño aporta al rendimiento de los jugadores. Por lo tanto, sueña con lo que deseas que ocurra mañana y verás como mantendrás la convicción y aumentarán las posibilidades de obtener lo que persigues.
miércoles, 2 de abril de 2008
me tengo que cabrear más: la errónea atribución de rendimiento a la hostilidad
El hecho de cabrearse por sí mismo, no guarda relación con el rendimiento. Otra cosa es que, en ese estado, el deportista aumente su activación, focalice su atención, se centre en lo que tiene que hacer y tome decisiones con determinación y resolución. Es decir, estos “acompañantes” de la hostilidad sí que hacen aumentar el rendimiento y, sólo en el caso de que no lo supiera hacer de otra manera se recomienda esa vía, la de la hostilidad, la de cabrearse, dado que lo más importantes es disponer de dichos acompañantes.
Pero esto tiene su parte negativa, porque hoy sabemos que la hostilidad se encuentra relacionada con el descenso de la confianza, con el aumento de fatiga, con la pérdida del autocontrol y con el bloqueo de los mecanismos perceptivos finos, aspectos de suma importancia para realizar comportamientos eficientes y precisos.
Por lo tanto, se trataría de separar las dimensiones que ayudan a optimizar los recursos de las que los perjudican y, en el caso de la hostilidad, intentar reducir su presencia cuando se busca el estado de rendimiento óptimo (ERO) porque, ni es el camino para llegar a él ni puede ser el elemento aglutinador del mismo. Ahora bien, cuando no se sepa como hacerlo y, dado que los mecanismos de la hostilidad tambien se componen elementos no conscientes, se puede pensar que el azar bloqueará sus efectos negativos, permitiendo que aparezcan nítidamente sus necesarios acompañantes de rendimiento anteriormente señalados para alcanzar una eficiente actuación.