Es una interesante
reflexión que diferencia a los buenos deportistas de los excelentes y la compartía
con una joven piragüista española antes de disputar la semifinal del Cto del
Mundo Sub-23 en K1-500. En el viaje, se había perdido su maleta con todo el material
necesario para disputar las regatas y su nivel de preocupación era elevado.
Evidentemente, el hecho de disponer del material personal o no, son
situaciones diferentes pero que no tienen porque afectar a su potencial y a sus
posibilidades competitivas. Si su actividad mental genera incertidumbre,
preocupación y aparecen dudas sobre su confianza, será improbable que pueda
hacer una buena regata.
Por el contrario, si sigue pensando en sus posibilidades, en que su
potencial se encuentra intacto, en que es un reto más elevado y exigente, pero
que su organismo está preparado para responder a cualquier contingencia que
surja, que podrá ser un momento de mayor disfrute al enfrentarse con más
dificultades de las previstas, una nueva experiencia de la que puede aprovechar
para ser mejor, el resultado del afrontamiento será muy diferente. Eligió esta segunda opción, compitió a su nivel y ganó su manga
de semifinal.