A veces los deportistas sienten presión por
el resultado, por decantar cuanto antes una eliminatoria a su favor, por la
urgencia de solucionar cuanto antes un partido, o por otros motivos , que
le producen impaciencia y premura
por resolver cuanto antes, sin tener en cuenta los tiempos o las diferentes
maneras que hay de obtener un rsultado favorable.
También
se encuentra relacionado con la consistencia a elevados niveles de rendimiento,
que es el polo opuesto a la impaciencia. En ambos casos, son determinantes
disponer de unas funciones ejecutivas desarrolladas y orientadas hacia el
rendimiento deportivo, como son la capacidad de anticipación, de supervisión y
de retención ( a través de la Memoria de Tareas).
En
competiciones de eliminatoria directa siempre existen varias formas de obtener
la victoria. En fútbol, partido de 90 minutos+pròrroga hasta 120 minutos+
Lanzamientos de penaltis. En judo, combates de 4 minutos+ técnica de oro
(golden score). En golf, 4 jornadas+hoyos de desempate. En baloncesto, 40
minutos de partido+prórroga de 10 minutos.
Es
evidente que, en cuanto al resultado, desear cerrar la eliminatoria cuanto
antes, es la mejor opción. Pero
desde un punto de vista de la mejora del jugador, habrá que considerar cuál es
la forma más exigente, la que genere mayor desafío y la de mayor ganancia. En
este sentido, cuanto más dure la competición más mejora y cuanto más al límite
lleguen los jugadores mayor beneficio para su crecimiento personal. Por eso, en
el caso del fútbol la mejor opción sería resolverlo en los penaltis; en el caso
del judo en la Golden Score, y en el caso del golf disputar los hoyos de
desempate. Vivir la competición de esta manera es lo que ayuda al deportista en su camino hacia la
excelencia.