Siguiendo
con el artículo publicado en el diario El País sobre la ambición) (14/01/18, I. Serrano- Rosa), los intensos
deseos que nos pueden mover en una determinada dirección se encuentran entre lo
consciente y lo inconsciente, entre lo racional y lo intuitivo, no tiene porqué
ser materiales y el hecho de no identificarlos genera apatía y ausencia de
motivación vital. En este sentido, se proponen cuatro pasos relacionados con la
ambición armónica:
A) Identificar metas y establecer de
un plan de acción: Reflexionar
sobre quién eres y qué deseas en
esta vida. Y a partir
de esto establecer un plan de acción para identificar y realizar las tareas que te lleven en esa dirección.
B) Aceptar incertidumbre y vincularla
a la confianza. La incertidumbre se encuentra asociada a nuestra propia
existencia; nunca podremos garantizar que las cosas sucederán como nos gustaría,
pero si creer en nuestras propias capacidades. Siempre hay que asumir con
coraje la posibilidad de que las
cosas no salgan y, al afrontar
problemas, lo importante será la convicción con las propias posibilidades, independientemente
de la incertidumbre.
C)
Actitud proactiva frente a los
objetivos, frente a los retos. Siempre hay que anticiparse a lo que pueda
ocurrir. Construir el futuro como nos gustaría que sucediera ayuda a responder
eficientemente en el presente.
D) Competitividad. Lo importante es dar lo mejor de uno
mismo, ser capaz de rendir incluso por encima de las propias posibilidades, por
eso es importante que el afán de superación
sea ipsativo (dirigido hacia uno mismo), sin emplear esfuerzo en realizar
acciones comparativas con los demás porque, lo que hagan los demás, no depende
sólo de uno mismo ni está bajo nuestro control