martes, 12 de mayo de 2015

a veces no sabes como se pierde la confianza y a veces no sabes como vuelve, pero vuelve.

Es el llamativo comentario realizado por la exjugadora Conchita Martinez, ganadora del torneo de Wimbledon, mientras Rafa Nadal jugaba su partido contra Berdych,en el Torneo de Mutua Madrileña, en Madrid. Hablar sobre la confianza en términos de vaivén, supone una enorme falta de consistencia  en el juego y una auténtica autotrampa mientras se compite.
La confianza es una creencia sobre las capacidades y las acciones que un deportista es capaz de ejecutar, depende del deportista y genera un efecto nuclear positivo sobre el resto de las capacidades que optimizan el rendimiento del jugador. Por lo tanto, puede estar bajo su dominio manteniéndola alta y estable en todo momento. 
Otra cosa es que todavía se desconozca su funcionamiento y sus posibilidades de control, lo que supone un déficit en la preparación mental del deportista. Además, hoy se sabe que se encuentra estrechamante relacionada con la fortaleza mental y con la tolerancia a la adversidad. Entrenarla y desarrollarla adecuadamente, para disponer de ella de forma sólida, es parte del entrenamiento mental  en el alto rendimiento.