Viendo
el lanzamiento que el jugador del C. F. Barcelona, L. Messi, realizó en el
partido disputado en su campo contra el C. F. Sevilla y que el portero detuvo,
me llamó la atención que el jugador, después de lanzarlo, se llevara las manos
a la cabeza.
Y
en una jugosa conversación mantenida
dias después con mi colaboradora I. Azpillaga y con el entrenador G.
Arconada, llegábamos a conclusiones diferentes. Se llevo las manos a la cabeza
porque el portero se la había parado, lo que impedía ganar el partido?. Porque
pensaba que podia haber hecho algo más para preparar el lanzamiento, antes de
ejecutarlo, que supuestamente no hizo? O Porque en el entrenamiento no había preparado este tipo de
situaciones, anticipando la tangana previa al lanzamiento que duró 5 minutos, y
responder eficientemente? .
Ambos
pensaban que la primera cuestión era lo que le había hecho realizar ese
gesto; sin embargo, sigo pensando
que se llevó las manos a la cabeza porque no se había preparado adecuadamente
para esa situación. Con argumentos encontrados para las dos opciones, tendremos
que preguntar al protagonista lo que sucedió y, como eso no está a nuestro
alcance, cada uno quedarse con su opinión.
Lo
que si está a nuestro alcence es recordar a los jóvenes futbolistas que
incluso a un jugador como Messi le
pueden parar un penalti en una situación de máxima exigencia, y que lo importante
es preparar ese tipo de situaciones anticipadamente para que, cuando hayan hecho todo lo que dependia
de ellos para afrontarla con éxito, no se
lleven las manos a la cabeza como signo de lamentación. Cuando lo has
dado todo y has hecho todo lo que estaba en tu mano para conseguirlo antes de
que sucedan las cosas, si no las consigues, sólo queda sentir satisfacción por el trabajo bien hecho y continuar en
el camino de la mejora.