Es la opinión de varios entrenadores de futbol que ha predominado en la prensa en las dos últimas semanas. Lo curioso es que en la mayoría de los casos, es en este momento cuando les ha venido a la cabeza este pensamiento, quizás porque es lo que más les preocupa, como el dicho “te acuerdas de santa bárbara cuando suenan los truenos”. Pero además, es confundir la causa con el efecto porque, en el alto rendimiento, lo que se debe de gestionar es la presión que es la la que, mal gestionada, genera ansiedad. Lo que ocurre es que, para desarrollar una estrategia que permita canalizar la presión y convertirla en un aliado y no en aumento de ansiedad, es necesario conocer su origen, su naturaleza, su momento crítico y su duración. Mencionarla es fácil, pero dominar y conjugar su saber con su resolución práctica no. Además, para optimizar el potencial de los deportistas, lo importante es incorporar y desarrollar estrategias psicológicas durante el entrenamiento y a lo largo de la temporada, que permitan manejar la presión en la dirección adecuada, antes de llegar a esos momentos en los que necesitamos gestionarla para evitar que lo contamine todo.