viernes, 7 de marzo de 2008

para que luego digan que la competencia aumenta la competitividad

          El hecho de la rivalidad es un acontecimiento que ha generado un interesante debate desde hace tiempo que, al no haber sido centrado correctamente, ha generado un posicionamiento enfrentado, sobre todo entre técnicos e investigador@s. L@s que se muestran a favor, es decir, que la influencia  generada es positiva “como que ayuda a rendir al máximo”, se basan en  opiniones y creencias personales que deben ser respetadas.  Pero cuando se recurre al conocimiento científico y a las investigaciones  recientes, tenemos que reconocer que el impacto es negativo.   
          Por eso, en mi opinión, la competencia intraequipo genera  en sus miembros ansiedad, preocupación, miedo a cometer errores, precipitación, pérdida de referencias hacia la mejora y baja cohesión de grupo.
          El enunciado de esta entrada surge de la noticia (publicada en  EL PAIS 29-02-08), al comentar el caso del portero del  Valencia C.F., T. Hildebrand, que ha comenzado a rendir a su nivel a partir de que desapareciera la competencia con su compañero para ocupar el puesto en la portería del equipo.