domingo, 9 de junio de 2024
la impaciencia por la victoria es lo que conduce a la derrota.
Ahora que estamos cerca de los JJOO París-24, me parece muy interesante y adecuada esta reflexión del Rey Sol, Louis XIV, rey de Francia entre 1661-1715 que tuvo una gran influencia en su país durante el S. XVII y posteriores. A pesar de que han pasado más de 500 años, todavía aparece la impaciencia en numerosos deportistas cuando se enfrentan a situaciones de máxima exigencia deportiva arruinando su potencial.
Un buen ejemplo es lo sucedido a las relevistas holandesas del equipo mixto del 4x400m. Corría la segunda posta Klavert, Medalla de plata en 400m. en los últimos mundiales, que había cogido el testigo con una desventaja de 8m. aproximadamente; a mitad de carrera, anula la diferencia con sus adversarias y se coloca en cabeza de carrera, pero en los últimos 100m se hunde y entrega el testigo con una desventaja mayor que la inicial.
Sin embargo, la corredora que hace la última posta, Femke Bolt, medalla de oro en 400m. en dichos mundiales, toma el testigo con una desventaja mayor, sobre 15m., y manteniendo la calma, redujo muy poco la desventaja en los 250m primeros, pero a partir de ahí fue reduciendo la ventaja de una manera asombrosa, entrando en 3ª posición, al mismo tiempo que la segunda. Es decir, la impaciencia de la primera relevista le lleva a hacer un relevo muy alejado de su nivel, pero la paciencia de la segunda le permite alcanzar un podium casi imposible de lograrlo.
En este caso hay tres aspectos que funcionan de manera eficiente en la segunda corredora: a) la gestión de la presión de manera adecuada le permite b) mantener una gran convicción y confianza sobre su capacidad que le lleva a c) tomar decisiones eficientes en la estrategia de carrera.