Esta frase pertenece al ideario del
excepcional jugador de baloncesto, M. Jordan, que refleja con nitidez la
importancia del error en el camino de la excelencia. Anteriormente ya
comentamos este aspecto en una entrada relacionada con el ERRORISMO: “en el éxito también hay una
parte que pertenece al error”, que corrobora este
pensamiento.
Y añadía: “ He fallado más de 9.000 tiros en mi
carrera, he perdido casi 300 partidos; 26 veces han confiado en mi para lanzar
el tiro que ganaba el partido y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en
mi vida y eso es por lo que tengo éxito”. Evidentemente, el éxito del presente
se fundamenta no sólo en los
aciertos sino también en los errores o fallos cometidos en muchos de los
intentos realizados.
La excelencia se basa en insistir y persistir
frente a las dificultades, en intentarlo de nuevo cada vez que surge una
dificultad o un contratiempo, en ser optimista de cara al futuro y tener la
convicción de que con esfuerzo, trabajo y tenacidad el éxito llegará. Se trata
de centrarse en el presente y en el
futuro frente al pasado porque el error, una vez se ha producido, nos confirma que no era la solución
adecuada, pero ya pertenece al pasado.