jueves, 9 de julio de 2015

en el fútbol, todo se reduce a una conjunción entre lo físico y lo técnico

          Es una opinión  que suele aparecer en las conversaciones de aficionados  que se producen a lo largo de las pretemporadas pero,  sin embargo, a medida que avanza la temporada los malos resultados se suelen vincular a capacidades mentales, tales  como: despistes de  atención, falta de activación o de implicación,  baja confianza, errores decisionales o deficiente gestión de la presión.
      Es decir, que la propia dinámica de la competición evidencia el error que se comete con estas apreciaciones pero, entonces, corregir estos errores sin una adecuada preparación mental se convierte en algo imposible. Actualmente existe una opinión generalizada respecto a la importancia de las capacidades mentales para obtener elevados rendimientos en competición.
       Además, fruto de las últimas investigaciones, se puede hablar de capacidades mentales de “segunda generación”, referidas a las funciones ejecutivas: autosupervisión, memoria a corto plazo, orden y planificación, iniciativa y flexibilidad para el cambio, entre otras. Son las responsables de que un jugador exprese potencialidad futbolísitca al máximo durante cada partido.