miércoles, 11 de febrero de 2015

el chocolate del loro

          Varios colegas me han llamado, alarmados, para comentarme la noticia aparecida en el Diario Vasco (11/02/15), relacionada con el refuerzo que ha utilizado el entrenador de la Real Sociedad  de Fútbol SAD, el escocés D. Moyes,  ya que al finalizar el mismo le ha entregado al equipo ganador  de los “partidillos” una caja de bombones.
          Entiendo que no deja de ser una cosa anecdótica, sin relación con la falta de activación e intensidad continuada que se ha detectado a lo largo de los partidos, lo que les genera irregularidad en el juego. Este deficit  competitivo recurrente, se encuentra relacionado con aspectos endógenos y específicos pertenecientes a la motivación autodeterminada y a la fuerza mental lo que, evidentemente,  se orienta en la dirección contraria al refuerzo externo utilizado.
          Sin embargo, según el artículo, lo que se buscaba eran “los goles perdidos” reforzando extrínsecamente a los jugadores más certeros. Pero, para concretar en goles las ocasiones generadas, se hace necesario entrenar sobre todo la anticipación y la toma de decisiones rápidas, aspectos relacionados con las funciones ejecutivas y de gran relevancia para la optimización del potencial competitivo del equipo.