martes, 9 de diciembre de 2014

las decisiones que tomamos dictan y dirigen la vida de cada uno

          Ultimanente  los procesos decisionales se han convertido en un tema recurrente, sobre todo desde que se ha podido comprobar que, en muchos casos, la elección ya se ha producido antes de ser conscientes de ello y sólo participamos de forma consciente en su ejecución. En el alto rendimiento las decisiones que se toman de forma lenta y reflexiva en el entrenamiento, como por ejemplo a la hora de realizar un planteamiento táctico, se encuentran estrechamente ligadas a la toma de decisiones rápida, porque es como se producirá durante  el juego, en aquellas situaciones en las que no se dispone de tiempo para pensar y la exigencia competitiva lo requiera.
          Ahora bien, esa es la parte que corresponde a las funciones ejecutivas y es lo que se debería tener en cuenta en el entrenamiento. La elección que se hace de las estrategias o de las técnicas a realizar  para una competición,  se inicia con la autosupervisión  de la actuación en la competición anterior, se  continua con la selección de aquello que ha ido bien, para reestructurar nuevamente el plan de competición y ponerlo a disposición de la actividad mental, a través de la repetición y simplificación. Es entonces cuando podemos convertir decisiones lentas y reflexivas en rápidadas e intuitivas, haciéndonos más eficientes, más resolutivos y generando alta satisfacción  de dominio personal.