En un artículo elaborado por el catedrático de psiquiatría
E. Rojas, publicado por el diario (ABC 24/012013), se señalaba que la alegría es
un valor importante porque ayuda a crecer al deportista en lo personal, que le
acompaña en el camino de su mejora hacia la perfección. Es un estado de ánimo
positivo, de estar contento, de buen tono vital, con dos formas de manifestarse.
La primera, relacionada con la forma en que se encuentra por dentro
anímicamente, que responde a un estilo de vida, a una forma de comprenderse a
sí mismo y de comprender la realidad que le rodea.
El sentimiento de estar contento con uno mismo
ayuda al desarrollo y a la evolución del proyecto personal, a pesar de
numerosas adversidades o contratiempos que hayan sucedido, aumentando las
posibilidades de alcanzarlo. También ayuda, en ese recorrido, a aceptar los
errores, reconocer las carencias y fortalecer las debilidades.
La segunda es transitoria, consecuencia de haber
alcanzado algún objetivo por el que se ha esforzado durante mucho tiempo y que
finalmente se ha alcanzado. Moverse en este estado anímico produce en el entorno una atmósfera
positiva, atrayente, de serenidad optimista y es contagiosa. En la alegría, hay
balance positivo de uno mismo, y de ella emerge con nitidez el optimismo, el
buen humor y la dicha; es una puerta de entrada hacia la felicidad.