Es
una reflexión que nos lleva a valorar de forma adecuada la importancia que
tiene trabajar en el entrenamiento
aspectos relacionados con los puntos débiles de los deportistas y en aquellas
capacidades que les permite optimizr sus recursos en futuras actuaciones.
Por
ejemplo, si se pretende manejar y gstionar la respuesta emocional y la
activación de forma adecuada, deberemos realizar un trabajo deliberado y
específico para mejorar dicho aspecto. De esta manera tendremos más
posibilidades de rendir a nivel máximo en la siguiente competición y condicionará
de forma positiva la actuación del deportista.
Si
no lo entrenamos, cuando el futuro se haga presente la actuación del deportista
dependerá de lo que haya entrenado y trabajado en el pasado. Por eso, el
trabajo duro e intencionado del
presente hará más fuerte y consistente
al deportista en su próxima actuación.
Es
decir, los aspectos en los que no se haya invertido y trabajado en el pasado dificilmente podrán darse en el presente. Por otro
lado, el tiempo y esfuerzo que no se dediquen a desarrollar capacidades específicas
o a fortalecer los puntos débiles del deportista en el presente, hará imposible
que puedan rentabilizarse en el
futuro, porque cuando no se invierte no hay beneficios de mejora.