domingo, 10 de abril de 2011

desde la orientacion motivacional centrada en la tarea, a la presión en el juego

Viendo el partido disputado entre el Barcelona, C. F. y el Almería en el Camp Nou, me llamó poderosamente la atención la presión que ejerció el jugador blaugrana, L. Messi,  en los instantes finales del partido.

En un balón aéreo que llegaba al área del clib almeriense, el jugador argentino salió disparado siguiendo la trayectoria del balón para disputárselo al defensa correspondiente. Salió favorecido con el bote del balón y, con la habilidad que le caracteriza, hizo un control orientado hacia la porteria  para colocar el balón lejos del portero y conseguir el tercer gol.

Lo destacable de esta acción es que se desarrollara en el minuto 92, es decir, prácticamente con el partido finalizado y con el resultado a favor.  Son pocos los jugadores que tienen esta disposición motivacional que les empuja a dar todo lo que tienen dentro durante el partido, mientras exista  el  tiempo de juego y a pesar del resultado favorable. Esta disposición  motivacional  es una de las características que define a los jugadores excelentes, porque refleja un apasionamiento por el juego, una búsqueda de oportunidades constantes para desarrollar todo su potencial y una confianza ilimitada en que  va a conseguir el propósito que busca.