miércoles, 22 de febrero de 2023

“la pasión puede ser un don o una maldición. La buena noticia es que eso depende de ti”

La pasión se define como una fuerte inclinación y deseo hacia una actividad que debe cumplir cuatro requisitos: Que a uno le guste, que le parezca importante, que invierta tiempo y energia y que lo haga libremente. Según el profesor Vallerand (2003), para que una actividad reperesente una pasión para las personas, tiene que ser significativa en sus vidas, les tiene que encantar y pasar un tiempo practicándola con regularidad. De acuerdo a sus investigaciones altos niveles de valoración del deporte y una orientación de personalidad autónoma conducen a la pasión armoniosa; mientras que altos niveles de valoración de deporte y una orientación de personalidad controlada facilitan la pasión obsesiva. Además, la pasión armoniosa refuerza las experiencias afectivas positivas en el deporte; por otra parte, la pasión obsesiva se encuentra asociada a experiencias afectivas negativas en el deporte. Como hemos señalado más arriba, los niveles de control son los que determinan las características de la pasión: el control autónomo supone armonía, mientras que el control externo refuerza la obsesión. Y esto sí depende de cada deportista.