viernes, 6 de mayo de 2022

nada es seguro pero todo es posible.

Es parte de la vida porque, todo lo que se refiera al futuro conlleva un nivel de incertidumbre inevitable, lo que supone la imposibilidad de asegurar o garantizar que algo ocurrirá. Esto también es un principio que se manifiesta en la alta competición de cara al resultado, donde “nada es seguro pero todo posible”: Es la perspectiva que te ayudará a conseguir lo que te plantees. Es muy conveniente reflexionar sobe la incertidumbre para encontrar un elemento que nos permita minimizar el impacto que genera. En mi opinión, la mejor manera de afrontarla es estableciendo un fuerte vínculo con la autoconfianza: “ No se lo que sucederá en cada situación, pero se que responderé de forma eficiente para resolverlas”. Uno de los extraordinarios aspectos de la vida es que no está predeterminada y que podemos participiar en la construcción del futuro en interacción con el entorno y el azar. Por eso, la incertidumbre, más que preocupación nos debería generar satisfacción, por esa posibilidad que tenemos de ser partícipes de nuestra propia evolución. Es evidente que, a veces, las cosas no saldrán como deseamos, pero aprenderemos de esa experiencia para cambiar en el futuro y aumentar las posibilidades de acertar en la próxima ocasión. Asi es el camino de la mejora.