domingo, 24 de marzo de 2019

nos falta determinación y agresividad


          Son declaraciones atribuidas al actual entrenador de la Real Sociedad S.A.D., Imanol Alguacil, publicadas por el Diario Vasco y en Noticias de Gipuzkoa (23/03/19), en respuesta a la afirmación de que los jugadores de Zubieta son un poco blanditos. Con todo el talento y calidad que tenemos me gustaría trabajar estos dos aspectos, porque entiendo que son mejorables.
     La cuestión es que se refiere a dos capacidades mentales, pertenecientes al ámbito autodeterminado y conviene conocer en que consisten. En cuanto a la determinación, el estilo motivacional y el sistema de autorregulación son los dos aspectos que la componen. En el primer caso, por un lado, la motivación intrinseca y el predominio de la orientación motivacional Tarea frente a la orienación Ego y a la motivación extrínseca y, por otro, el sistema de autorregulación, influirán en el nivel de  determinación del jugador.
En cuanto a la agresividad, señalar que también es una fuerza, un impulso orientada hacia la acción, que se manifiesta de múltiples maneras en función de los valores sociales y, seguramente, en este artículo se referirá a la asertividad (Husman y Silva 1984). Se asocia a  comportamientos adaptativos que contribuyen a mejorar las capacidades funcionales de los deportistas, tales como: la capacidad de lucha,  la combatividad, la intensidad en la disputa de la posesión de balón y en la presión defensiva, el coraje y la contundencia. Es decir, se produce un gran aumento en la intensidad del juego y se caracteriza por la ausencia de intencionalidad en causar daño o perjuicio, alejada de comportamientos violentos.  Así pues, sin el conocimiento básico sobre los elementos que configuran la determinación y la agresividad, será muy difícil plantear tareas en el entrenamiento que mejoren estas dos capacidades autodeterminadas.

domingo, 10 de marzo de 2019

funcionar con un modelo resultadista, en el alto rendimiento, se convierte en un modelo disparatado.


          Comentando una tarde con mi amigo y colega Juan Luis, sobre la importancia de centrarse en la mejora como única via para alcanzar la excelencia, llegamos a esta conclusión: “los modelos resultadistas aplicados al alto rendimiento son disparatados”. 
          No conozco a ningún jugador que haya participado  en una competición con el propósito de perder, es decir, todo el que participa en una competición sale a ganar, pero otra cuestión es la importancia que se atribuya a la victoria. En el alto rendimiento,  ganar  es muy importante pero, si buscas desarrollar tu máximo potencial, la mejora está por encima del resultado. ¿Porqué decimos que es un modelo disparatado?.
        Porque algunas de las características de los modelos resultadistas son: a) funcionan con probabilidades y nunca con certezas; b) hay elementos relevantes en la situación que no están bajo el control del deportista; c) el azar es un aspecto que está dentro de la ecuación del logro; d) cuando aparece el resultado, nada se puede hacer para cambiarlo; e) No es transportable ni proyectable hacia el futuro, porque siempre queda en el pasado. En resumen si manejo probabilidades, si no controlo lo relevante, si dependo del azar, si no lo puedo cambiar y si no me sirve para el futuro, será un disparate que le atribuya la máxima importancia a un proceso con estos elementos en juego, cuando pretenda alcanzar la excelencia.