Durante el G.P. de Fórmula-1 disputado en Korea el 24/10/10, que se desarrolló de forma muy accidentada y en el último momento fue ganado por el piloto español F. Alonso, me llamó la atención el comentario del piloto alemán S. Vettel en relación al desenlace final de la prueba. “Alonso ha tenido mucha suerte para ganar esta carrera, ha sido muy afortunado, son cosas que ocurren y que nada se puede hacer contra ellas”.
En realidad lo que pasó es que el piloto alemán iba liderando y controlando la carrera de forma magistral, con ventaja suficiente para ganarla, pero a falta de cinco vueltas rompió el motor, dejando vía libre al piloto español que se fue derecho hacia la victoria.
Es verdad que, a esas alturas de la carrera, la única posibilidad que tenía F. Alonso para ganarla era esa, pero también algo más. Es decir, que lo que necesitaba el piloto asturiano era que se rompiera el coche del piloto alemán y que el suyo se mantuviera funcionando a pleno rendimiento. Y eso es exactamente lo que ocurrió, que ambos pilotos hicieron lo que estaba en su mano para conseguir el triunfo, pero sólo F. Alonso recibió lo que necesitaba para ganar.
En realidad lo que pasó es que el piloto alemán iba liderando y controlando la carrera de forma magistral, con ventaja suficiente para ganarla, pero a falta de cinco vueltas rompió el motor, dejando vía libre al piloto español que se fue derecho hacia la victoria.
Es verdad que, a esas alturas de la carrera, la única posibilidad que tenía F. Alonso para ganarla era esa, pero también algo más. Es decir, que lo que necesitaba el piloto asturiano era que se rompiera el coche del piloto alemán y que el suyo se mantuviera funcionando a pleno rendimiento. Y eso es exactamente lo que ocurrió, que ambos pilotos hicieron lo que estaba en su mano para conseguir el triunfo, pero sólo F. Alonso recibió lo que necesitaba para ganar.