jueves, 27 de febrero de 2025

el bucle de los pensamientos no deliberados o no intencionados.

En un artículo del columnista J. Arrieta, publicado en el D. V. ( 27/02/25), se aborda la temática sobre “los pensamientos e ideas involuntarias”. Las ideas obsesivas hacen que el funcionamiento mental se convierta en un bucle, con ideas negativas o desfavorables que nos afectan al bienestar psicológico; nuestro funcionamiento mental puede producir entre 60.000-80.000 pensamientos diarios, de los cuales un 70% aproximado son no deliberados. En mi opinión, se generan dos tipos de pensamientos en el funcionamiento mental: Pensamientos deliberados (intencionados)/ no deliberados (no intencionados). Y estos a su vez, en función del efecto que generan en nuestras decisiones, se dividen en favorables/desfavorables. De todos ellos, los que más perjudican son los pensamientos no deliberados, desfavorables. La excesiva producción de pensamientos no deliberados perjudiciales o desfavorables, producen un sufrimiento elevado en aquellas personas que los generan. Por ello, se hace necesario identificarlos y establecer una miniestrategia que nos ayuden a dejarlos a un lado. En este sentido, en primer lugar hay que reconvertirlos en deliberados y generarlos voluntariamente, eligiendo el momento para ello y analizando la preocupación que generan sin nada que lo justifique. En segundo lugar, dejarlos a un lado y focalizar la atención en el presente, poniendo el foco en lo que estás haciendo. Y en tercer lugar, describirlos y dejarlos escritos en una libreta, es lo que te ayudará a “sacarlos de tu cabeza” y, al hacerlo de forma deliberada, dejan de ser involuntarios para que aparezcan en tus pensamientos sólo cuando lo decidas.

domingo, 23 de febrero de 2025

aligerar la mochila emocional

Como hemos señalado en entradas anteriores (Ver Emociones), es evidente que las emociones influyen en el rendimiento deportivo. Las emociones y la razón forman una alianza para entender, comprender y explicar la toma de decisiones racionales, en contra del cliché existente que “para tomar decisiones adecuadas hay que dejar las emociones a un lado.” Sin embargo, se ha comprobado que muchas de las decisiones que se toman dependen de un buen manejo emocional. Por eso, lo importante es saber lo que son y cómo funcionan. Conocer tus propias emociones y utilizarlas adecuadamente es la mejor manera de dar tu máximo nivel. Hasta hace 25 años las cosas no estaban tan claras, ahora empezamos a conocer los mecanismos mentales que controlan nuestra conducta, es decir, la estrecha relación entre la emoción y la razón, porque no todas las respuestas emocionales son eficaces o apropiadas. El equilibrio y la coherencia entre lo que pensamos y lo que sentimos hace que el comportamiento sea estable y consistente. Pero hay situaciones en las que las emociones alteran ese equilibrio, como cuando los deportistas sienten miedo en determinados momentos de la competición y, entonces, es necesario anticipar lo que vamos a pensar en ese momento, para que el comportamiento siga siendo consistente y eficiente. En un articulo publicado en el periódico (D.V. 13/02/25), S. Vázquez señalaba diferentes aspectos relacionados con las emociones. Entre ellos, “la falsa interpretación de que las emociones son fácilmente controlables y reconducibles con cualquier receta al uso, porque todo es cuestión de actitud; en este caso las estamos subestimando”. Sin embargo, sabemos que en numerosos deportistas generan cierta inquietud con un sentimiento de impotencia, porque les hace sentirse más débiles, muestran nuestra parte más frágil y nos enseñan que, a veces, perdemos el control y enturbia la toma de decisiones eficientes. Por eso es tan importante educarlas y desarrollar estrategias a lo largo del tiempo, que nos permitan utilizarlas y que jueguen un rol favorable para una eficiente actuación.

domingo, 1 de diciembre de 2024

“las dos caras de la libertad decisional: El pasado y el futuro”.

Según el prestigioso neurocientífico catalán J. Fuster (Cerebro y Libertad, ed. Planeta 2014), el funcionamiento de la corteza prefrontal “desempeña un papel decisivo para la elección, la planificación, la toma de decisiones, y la organización temporal de la conducta. La corteza cerebral y la libertad, como consecuencia de la evolución, adoptan posturas cruciales entre un pasado convergente experiencial y un fututo divergente de posibilidades-probabilidades”. No somos libres para poder cambiar el pasado, pero sí lo somos para poder escoger partes del mismo que nos permitan tomar decisiones fundadas de cara al futuro. Además, esta acción escogida no sólo se basa en experiencias anteriores, sino que también engendra experiencias nuevas para fundamentar las decisiones futuras. Puede denominarse “memoria del futuro”, porque consta de información almacenada que, tras un periodo de repetición de dichas experiencias nuevas, es recuperada y utilizada en acciones adaptativas del futuro. Es una acción combinada entre las redes de memoria y las redes de acción en la búsqueda de un fin. Estas redes de acción de la corteza prefrontal, son las que nos permiten predecir acontecimientos, seleccionar, decidir, planear, preparar y organizar acciones con un objetivo en el futuro inmediato o lejano que, al final, desemboca en el comportamiento competitivo.

lunes, 11 de noviembre de 2024

la queja permanente perjudica la capacidad de aprender y de recordar las cosas que te ayudan a proyectar un futuro favorable.

En un artículo publicado por J. Fernández en el D.V. (10-11 24), se reflexiona sobre la influencia que tiene la queja en nuestra salud mental, y sobre la continua presencia que tiene a la hora de interactuar socialmente. Aunque puede ser un desahogo emocional dado que, nombra, estructura y externaliza una emoción concreta (según el psicólogo clínico Luis Jesús Andrés), conviene no pasarse. Según la autora, en una investigación realizada en la Universidad de Stanford, se señalaba “que quejarse encoge el hipocampo, un área muy relacionada con los procesos de aprendizaje y memoria. A largo plazo, esto puede generar dificultades en la función cognitiva y en la resolución de problemas”. Por eso, este comportamiento debe venir seguido de una actitud proactiva y de un plan de actuación basado en la construcción de un nuevo pensamiento que difumine gradualmente al de la queja. Se encuentra en la misma línea que señalaba el psiquiatra Luis Rojas Marcos en la entrada sobre COVID y SALUD MENTAL (20-01-22): a) buscar información y explicación de la queja lo más concreta y objetiva posible; b) centrarse en aquellos aspectos que estén bajo nuestro control; c) elaborar un plan de acción; d) realizar un seguimiento a lo largo de un tiempo para verificar los cambios generados.