martes, 18 de julio de 2023

“esta final es una revancha conmigo mismo; va a ser una lucha personal de mejorar”.

Con este acertado planteamiento piensa afrontar el tenista español, C. Alcaraz, la final del Torneo de Wimbledon que va a disputar contra el tenista serbio, N. Djokovic, uno de los mejores jugadores del tenis de todos los tiempos. Y en las horas previas a disputar la final continuaba “no tengo miedo, tengo muchísimas ganas de jugar este partido. Siempre pienso que puedo ganar y voy a ir a por ello. Espero no salir con tantos nervios como en Roland Garros, dejarlos fuera y disfrutar del momento. Es una perspectiva autorreferencia muy interesante, porque prevalece siempre los aspectos intrínsecos de la motivación: tomárselo como un reto personal, ganas de disputar ausencia de preocupación y máxima autoconfianza, dejando fuera de la ecuación, las referencias al nivel del adversario y la obligación de ganar. (“no se lo toma como una revancha del partido anterior, en Roland Garros, en el que fue superado por el tenista serbio, que es el planteamiento que aparece en la mayoría de los medios de comunicación”).