En una reunión con jóvenes futbolistas, en la que se
abordaba la insustituible aportación de la inversión personal en su propio
proceso de mejora, comentaba que
los deportistas que mayor respeto se merecen y deben ser motivo de admiración
son aquellos que hacen todo lo que pueden para mejorar.
Un buen ejemplo de ello son las declaraciones realizadas
por el jugador catalán, C. Fábregas, y publicadas en el diario El País
(15/10/12), “quiero dar más y más en el entrenamiento. En el partido, hago lo que el
entrenador me pide y, aunque a mi me gusta venir a recibir, me mantengo en las posiciones que me
indican. En este sentido soy obediente;
y luego, claro, está el instinto”.
"Cuando no juegas lo tienes que asumir, por eso, no me quejo
ni lloro, lo único que puedo hacer es luchar, aprender, trabajar, sentirme a
gusto y, cuando me ponen, jugar y darlo todo. En este equipo, si no estás bien,
juega otro que es igual de bueno o mejor y está mejor que tú, y punto". Es una
oportuna sugerencia que ayudará a
los jóvenes futbolistas a desarrollar
comportamientos y actitudes de excelencia a lo largo de su vida deportiva.